“Rodeé el recinto… y me quedé congelado en la puerta. No sabía qué decir. Me reía como una pequeña colegiala”, recordó OsƄorpe cuando vio a su hijo por primera vez. “Era real, como algo que alguna vez había sentido”. Cuando finalmente sostiene el 𝑏𝑎𝑏𝑦, está completamente asombrado. Su familia miró fijamente, mientras todos derramaban lágrimas de alegría.
Tanto мoм como 𝑏𝑎𝑏𝑦 están sanos. Felicitaciones a los nuevos padres. Ya podemos decir que esto se va a convertir en un niño mimado. Estas reconfortantes reuniones hablan del anhelo universal de paz, donde las familias puedan permanecer unidas y los seres queridos puedan dar la bienvenida a sus héroes sin miedo ni separación. Mientras celebramos el regreso de nuestros soldados a sus familias, renovemos nuestro compromiso de trabajar por un mundo donde la paz y la seguridad sean la norma. Es un recordatorio de que debemos valorar los sacrificios hechos por el bien de la paz y apreciar la braʋery de quienes protegen nuestras naciones.
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